Impuestos estatales al trabajo remoto en Estados Unidos
En My Accounting Now, creemos en brindar a los propietarios de empresas el conocimiento y las herramientas que necesitan para prosperar. Nuestro blog sirve como centro de recursos y ofrece información sobre aspectos críticos de las finanzas empresariales, desde prácticas contables efectivas hasta planificación fiscal estratégica. Al mantenerse informados y proactivos, los propietarios de empresas pueden evitar errores comunes y aprovechar estrategias financieras para impulsar su crecimiento y éxito.
Impuestos estatales al trabajo remoto en Estados Unidos
2025-12-12
A cinco años de la pandemia que disparó el trabajo remoto, Estados Unidos sigue enfrentando uno de los desafíos fiscales más complejos de su historia moderna: ¿Dónde se deben pagar impuestos cuando el trabajo ya no tiene una ubicación física clara? En 2025, con millones de personas trabajando desde diferentes estados y algunos incluso desde el extranjero, la legislación fiscal estatal aún no se ha adaptado completamente a esta nueva realidad laboral. Esto ha creado un entorno confuso, conflictivo y, para muchos contribuyentes, costoso.
En EE. UU., cada estado puede definir sus propias reglas sobre impuestos estatales a la renta. Esto genera una situación única en el mundo:
- Algunos estados no tienen impuesto sobre la renta (como Florida, Texas, Nevada)
- Otros tienen tasas estatales altas (como California o Nueva York)
- No existe un marco federal claro que armonice cómo se tributa el ingreso generado remotamente.
En 2025, este problema no solo persiste, sino que se ha amplificado.
La realidad en 2025: el trabajo remoto llegó para quedarse
Según datos de la Oficina de estadísticas laborales (BLS, por sus siglas en ingles), cerca del 34% de los trabajadores estadounidenses trabajan de forma remota total o parcialmente. Esto incluye: Empleados que viven en un estado distinto al de su empleador, personas que se trasladaron durante la pandemia y nunca regresaron y nómadas digitales que cambian de estado varias veces al año.
El resultado, millones de trabajadores en una zona gris fiscal, sin certeza sobre sus obligaciones estatales.
Doble tributación y conflictos interestatales
En 2025, aún se presentan casos frecuentes de doble imposición estatal. Nueva York y California siguen aplicando políticas de “conveniencia del empleador”, que permiten gravar ingresos de empleados remotos fuera del estado. Esto significa que una persona que vive y trabaja remotamente desde Colorado para una empresa en Nueva York podría tener que pagar impuestos en ambos estados.
Aunque el caso New Hampshire vs. Massachusetts no fue aceptado por la Corte Suprema en 2021, inspiró nuevas demandas interestatales en 2024, sin resolución definitiva aún. Algunos tribunales estatales han fallado a favor de los contribuyentes; otros, a favor de los estados emisores de nómina, lo que ha creado un mapa normativo inconsistente.
Avances legislativos (o su ausencia)
Pese al crecimiento del problema, no se ha aprobado ninguna legislación federal vinculante en 2025.
Intentos fallidos: El Mobile Workforce State Income Tax Simplification Act, que buscaba armonizar las reglas para evitar la doble tributación, ha sido presentado en múltiples sesiones del Congreso desde 2012 hasta 2024, pero nunca ha logrado la aprobación final.
Progresos estatales: Algunos estados han firmado acuerdos bilaterales para evitar la doble tributación (ej. Utah y Arizona). Otros han adoptado normativas más flexibles, pero esto no es generalizado.
Impactos sobre trabajadores, empleadores y estados
Para los trabajadores:
- Inseguridad jurídica,
- Costo adicional de contratar asesores fiscales,
- Posibles multas por errores involuntarios.
Para las empresas:
- Dificultad para gestionar la retención de impuestos correctamente,
- Obligación de registrarse en múltiples estados,
- Riesgo de auditorías interestatales.
Para los estados:
- Estados con altos ingresos fiscales (como Nueva York) temen perder base tributaria si no gravan a trabajadores remotos,
- Estados receptores de residentes remotos piden su parte del ingreso generado en su territorio.
Soluciones propuestas
- Establecer un estándar federal claro: una solución a largo plazo sería una ley federal que defina, dónde se tributa el ingreso por trabajo remoto (en el lugar de residencia o fuente) y reglas uniformes de retención y presentación.
- Limitar la “doctrina de conveniencia del empleador”: este principio es el principal causante de conflictos actuales y debería limitarse por vía legal o judicial.
- Crear mecanismos de compensación entre estados: inspirados en modelos como el IVA europeo, los estados podrían acordar redistribuciones fiscales o compartir bases impositivas.
Perspectivas a futuro
Si bien el Congreso no ha actuado de forma contundente, la presión por una solución está creciendo. Las organizaciones empresariales, despachos contables y defensores de contribuyentes están elevando el tema en la agenda nacional. También, la Corte Suprema podría aceptar un caso emblemático en los próximos años para establecer precedentes claros. Con la economía cada vez más digital y descentralizada, ignorar el problema solo lo volverá más costoso y desigual.
Para concluir, en 2025, el sistema fiscal estadounidense aún no ha resuelto los dilemas creados por el trabajo remoto interestatal. Sin una solución federal o acuerdos interestatales amplios, millones de trabajadores seguirán atrapados entre reglas contradictorias, y los estados competirán por una base fiscal móvil y volátil. La pregunta ya no es si regular la tributación del trabajo remoto, sino cómo hacerlo de forma justa, clara y eficiente para todos los actores.
